Boxeo

El británico Catterall vence a Prograis en un caótico thriller

Jack Catterall consiguió su tercera victoria como titular en un año y se colocó en posición para un combate por el título en 2025 al vencer a Regis Prograis en su combate del peso wélter ligero disputado en Manchester.

Catterall fue derribado en el quinto asalto tras una ráfaga de golpes de Prograis que terminó con un fuerte derechazo a la mandíbula.

Ambos se lanzaron a la lona en el octavo asalto, forcejearon antes de dar tumbos y casi caer a través de las cuerdas en un combate a veces caótico, pero siempre digno de ver.

Catterall sacó lo mejor de sí mismo en el noveno asalto, enviando dos veces a Prograis al suelo con sólidos golpes de derecha. El estadounidense recibió una cuenta de ocho en ambas ocasiones antes de reanudar el combate.

Tras un comienzo nervioso, Catterall se metió en el combate y se hizo con el control en los últimos compases, mientras Prograis buscaba desesperadamente el nocaut, barriéndose dos veces de sus propios pies con intentos de haymakers.

Al final, todos los jueces se decantaron por Catterall -uno por 117-108, los otros dos por 116-109 y 116-109- y el púgil de 31 años nacido en Chorley sumó otra notable victoria tras sus triunfos sobre Jorge Linares y Josh Taylor el año pasado.

En el combate de fondo, Campbell Hatton no pudo vengar su derrota ante Jimmy Joe Flint. El hijo del ex campeón del mundo Ricky Hatton fue derrotado por veredicto unánime ante su público de Manchester.

Catterall muestra sus credenciales al título con otra gran victoria

Los dos púgiles afrontaron este combate con enfoques diferentes. Prograis, quizá sabedor de que sus días de grandes peleas están contados, protagonizó la mayoría de los titulares en los prolegómenos, desde afirmar que Catterall no era "nada especial" hasta emitir notas de voz del mánager del británico en una rueda de prensa.

Mientras que el hombre de Nueva Orleans era el que llevaba la aguja, Catterall -que nunca ha sido un showman por naturaleza- se mostraba mucho más centrado.

Eso continuó en los ringwalks, donde Prograis entró a Central Cee's Band4Band que incluye la letra "ha llegado al punto que ni siquiera me importa, tengo joyas en la caja fuerte que ni siquiera me pongo".

Y eso se notó en los dos primeros asaltos, en los que Catterall parecía nervioso e incapaz de imponerse en los primeros compases.

Sin embargo, tras una seria reprimenda de su córner, Catterall trató de adelantarse y dio sus frutos, ya que sacudió a Prograis con un zurdazo contundente.

La única preocupación seria para Catterall llegó en el quinto asalto, pero después del combate insistió en que había sido un resbalón y no un derribo, y no mostró ningún efecto negativo durante el resto del combate. En el noveno asalto demostró su clase.

Prograis, que no tenía nada que perder, se convirtió casi en un personaje de dibujos animados, con sus brazos en movimiento y sus intentos de asestar golpes mortales, para deleite del público partidario.

Catterall mantuvo la calma, la distancia, y se hizo con la victoria. Mientras que Prograis cuenta con dos títulos mundiales en una carrera estelar, Catterall -aunque sólo es cuatro años más joven que el estadounidense- aún no se ha catapultado realmente a las conversaciones sobre púgiles de élite a pesar de su indudable talento.

Todo esto podría cambiar ahora, tras 12 meses magníficos y otra victoria asegurada.

Hatton, derrotado de nuevo en la revancha contra Flint

El combate de fondo entre Catterall y Prograis se vio interrumpido cuando el combate principal entre Reece Bellotti y Michael Gómez Jr. se suspendió con poca antelación debido a que Gómez se puso enfermo en los vestuarios.

Cualquier espectador que se sintiera defraudado se habría sentido aliviado por el Hatton vs. Flint, un encuentro lleno de energía y golpes.

Hatton buscaba vengar su primera derrota en 15 combates profesionales a manos de Flint el pasado marzo.

Ambos sufrieron cortes en la cara en un combate muy igualado en el que Hatton buscó los golpes más fuertes, mientras que Flint se mantuvo detrás de su jab hasta el séptimo asalto, cuando, tras la insistencia de su esquina, el púgil de Doncaster aumentó su potencia de pegada.

Tras tragarse un par de enormes golpes en el octavo, Flint salió más fuerte en los últimos asaltos, a medida que Hatton se cansaba y aflojaba sus defensas.

Al final, Flint ganó por unanimidad -97-94, 96-94, 96-95- para asegurar que esta revancha terminara de la misma manera que la original.

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