Fútbol

Mourinho, expulsado en el partido contra el Fenerbahçe

José Mourinho fue expulsado cuando su equipo, el Fenerbahçe, remontó y condenó a su antiguo club, el Manchester United, a un tercer empate consecutivo en la Europa League en Estambul.

El United se había marchado al descanso por delante gracias al cuarto gol de la temporada de Christian Eriksen.

Pero los locales igualaron cuatro minutos después de la reanudación, cuando Youssef En-Nesyri se interpuso entre los defensas del United para rematar de cabeza a bocajarro un centro de Allan Saint-Maximin.

El árbitro francés Clement Turpin sacó la tarjeta roja a Mourinho justo antes de la hora de juego, cuando el colegiado francés reclamó un penal a Bright Osayi-Samuel por una entrada del centrocampista del United Manuel Ugarte.

A pesar de las airadas protestas del banquillo del Fenerbahçe, el VAR respaldó la opinión de Turpin de que no había nada ilegal en el incidente y Turpin acudió al área técnica para decirle a Mourinho que se marchara. El portugués se tomó su tiempo, pero finalmente se trasladó a las gradas de la tribuna, junto a los banquillos, lo suficientemente cerca como para seguir dando instrucciones a su cuerpo técnico.

El United tuvo sus oportunidades de ganar el partido, pero el suplente Rasmus Hojlund optó por irse solo en lugar de dar un pase a Alejandro Garnacho, que estaba mejor situado, y su disparo se paseó inofensivamente por delante del guardameta local Dominik Livakovic. A continuación, Garnacho perdió el control del balón cuando corría hacia el área, y esa ocasión también se esfumó.

Los visitantes tampoco pudieron evitar otra lesión, como esperaba su entrenador, Erik ten Hag, ya que el extremo brasileño Antony tuvo que ser retirado en camilla al caer torpemente tras intentar un pase innecesario por la línea de banda.

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Alejandro Garnacho, extremo del Manchester United, se enfrenta a dos defensas del Fenerbahçe

José vuelve a ser noticia

Mourinho terminó el partido con las cámaras enfocándole, como tantas veces a lo largo de los años, mientras salía de la grada.

Las repeticiones televisivas mostraron que no había nada en el incidente que desencadenó sus protestas que justificara una reacción tan exagerada.

Sin embargo, ha dado la sensación de que éste era un partido en el que quería demostrar algo a un público inglés que le conoce tan bien, y ha habido destellos de furia en el primer periodo.

También reaccionó con incredulidad cuando su equipo recibió tres goles en contra de forma sensacional.

En la primera parte, pareció realmente molesto porque En-Nesyri no aprovechó la primera oportunidad, cuando André Onana le empujó el balón justo delante de una portería desprotegida. Pero Ugarte estaba allí en un instante y, en cuanto En-Nesyri entró en contacto, el uruguayo bloqueó el balón. Fue más una genialidad defensiva de un jugador sobre el que se han expresado muchas dudas desde su fichaje por 50 millones de libras, que un fallo por parte del marroquí.

Mourinho se quedó dando palmas de incredulidad ante Onana justo antes del descanso.

El internacional camerunés repelió el primer disparo de En-Nesyri con una parada instintiva junto al poste, y desvió el segundo por encima del larguero cuando Mourinho se disponía a celebrarlo.

El United se marchó al descanso con la ventaja que le había dado Eriksen con un disparo desde el borde del área tras un pase de Joshua Zirkzee.

Pero no hicieron caso de los avisos que les habían proporcionado las ocasiones anteriores de En-Nesryi, y el Fenerbahçe mereció el empate que le dio el cabezazo del marroquí.

Noche mixta para Ten Hag

Esta fue otra de esas noches mixtas para Ten Hag.

Tres puntos en tres partidos no es el nivel al que debería aspirar su equipo en esta competición renovada y siguen muy lejos de la cabeza.

Sin embargo, también se han quitado de encima sus dos partidos más difíciles de los ocho de la primera fase, y la mejoría debería llegar rápidamente, empezando por la visita del PAOK griego a Old Trafford dentro de quince días.

Ugarte y Onana estuvieron excelentes, y la apuesta de elegir como número 10 al lateral Noussair Mazraoui, a quien el 10 de octubre el United informó de que se había sometido a una intervención menor tras sufrir palpitaciones, fue un éxito cualificado, ya que el marroquí trabajó incansablemente y participó en el primer gol, dando el pase a Zirkzee.

Pero la lesión de Antony fue otro problema del que Ten Hag podría haber prescindido en una noche en la que ya contaba con 10 bajas, y en la que sólo el capitán Bruno Fernandes, sancionado, regresará con toda seguridad para el desplazamiento del domingo a West Ham.

Y Zirkzee sigue mostrándose incómodo en su nuevo entorno.

El delantero holandés falló en dos pases largos sencillos que podrían haber creado prometedoras oportunidades de ataque, no amenazó el área como número nueve y apenas ofreció juego de enlace, aunque sí se llevó una asistencia.

La presión sobre Ten Hag sigue siendo enorme, y el jugador del Bolonia, fichado en verano por 36,5 millones de libras, no está contribuyendo mucho a aliviarla.

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